Cuando el adversario es el cronómetro, la labor de los constructores de bicicletas se convierte en ciencia. Coeficientes, gráficos, datos micrométricos. Hoy día ya no basta con reducir la superficie frontal del conjunto atleta-máquina, hace falta llegar a un compromiso con el viento, intuir y seguir el ritmo de la dinámica de flujos para que cada uno de los detalles sea funcional con el factor velocidad. Trabajar con profesionales nos ha aportado el conocimiento práctico necesario para revolucionar conceptos constructivos que parecían firmes. Y para fundar otros nuevos. Un nuevo reto ha comenzado.